Preadolescencia autista
Me encuentro ante el desafío de presentarme frente a un curso de preadolescentes ―7° básico en Chile, 12 a 13 años― para compartir mi experiencia como mujer asperger/autista.
El objetivo de la maestra de esos niños y niñas ―sí, aún lo son― es que conozcan la neurodiversidad, primero, para favorecer el respeto entre ellos como curso y la relación consigo mism@s en caso de ser neurodivergentes, y segundo, para formarlos hacia el futuro: que sean personas que valoren y comprendan la diversidad en general a lo largo de sus vidas.
Me pareció una invitación muy linda y de inmediato accedí con entusiasmo, pero también me surgieron muchas preguntas, sobre cuál sería la mejor forma de contarles lo que ha sido mi experiencia viviendo en un cuerpo autista.
Una de las primeras ideas que se me vinieron a la mente, fue la de preguntarme sobre qué es lo que a mí me habría gustado escuchar cuando tenía 12 años…
Buscando entre mis recuerdos puedo observar que fue alrededor de esa edad, desde los 12 años, que vivencié una especie de divergencia respecto a mis compañeros de curso. Hasta 5° básico, 10-11 años “todo iba bien”, socialmente hablando ―entre comillas, pues tampoco es que se me haya hecho fácil…―. En otras palabras, fue en la transición de los juegos infantiles hacia el ingreso a la pubertad, cuando experimenté la frustración de no pertenencia con mayor consciencia.
Antes de eso, recuerdo con alegría como organizábamos “guerras de agua” junto a mis compañeros, cómo con los vecinos del barrio andábamos en manada, y lo bien que lo pasé patinando junto a mis amigos y amigas. Pero, a partir de 6° grado la cosa cambia. Los temas de conversación cambian, los intereses se transforman. Y con esos nuevos intereses yo no calzaba.
A los 12 años se da un boom respecto a la búsqueda de identidad, y al identificarse con bandas musicales, tribus urbanas, modas… ¡Y yo seguía arriba del árbol! En mi casa me pasaba la mayor parte del tiempo pintando, leyendo, en mi mundo. Y al llegar al colegio las conversaciones entre mis compañeras eran, por ejemplo, referentes a los “minos” que habían conocido en la plaza el día anterior, o cuántos centímetros habían crecido sus pechos, y no es que eso esté mal, solo que a mí no me interesaba o sencillamente no tenía qué compartir al respecto; y fue ahí que empecé a sentirme fuera del grupo, a una edad en que para mí ser parte del colectivo era un valor.
Si bien, no es que me haya sentido evidentemente rechazada, sentía que no encajaba con ninguno de los grupitos que se daban en mi curso, lo que no quiere decir que no haya tenido algunos amigos y amigas con los que sí compartía y lo pasaba bien.
Volviendo al tema… ¿Qué me habría gustado escuchar a esa edad?
Supongo que esa sensación de frustración respecto a la no pertenencia nace de una autoestima muy precaria. Suele pasar en esa etapa, que ponemos nuestra valoración afuera, es decir, dependemos de la aceptación de nuestro grupo social, principalmente, de nuestros compañeros de escuela. Los cambios en nuestros cuerpos suman complejidad al asunto. Las dinámicas amistosas cambian, con el despertar de la sexualidad. ¡Es tan difícil! ¡Somos tan vulnerables! No somos ni niños ni adolescentes. Nuestras extremidades se alargan, y pareciera que aún no nos ajustamos bien al traje nuevo.
En el proceso de preparar mi presentación, hice la pregunta en el grupo de Facebook “Chicas Asperger <3”: ¿Qué te habría gustado que te dijeran a los 12-13 años? Recibí más de 27 potentes comentarios, y los sinteticé en 5 puntos, que me gustaría compartir contigo. Estos 5 ámbitos se relacionan entre sí; pero en este caso, los quise organizar comenzando por lo más personal, hacia lo colectivo o social:
Entonces, vamos a las 5 frases!
(1) No funcionas mal, eres diferente. Aceptarnos y amarnos a nosotr@s mism@s es fundamental, y muchas veces necesitamos apoyo terapéutico para lograrlo. Cito las palabras que Paula Vidal compartió, y con las que me sentí demasiado identificada: “Me habría gustado saber con 13 años que llegaría el día en el que iba a estar orgullosa de mí misma.”
(2) Haz lo que te gusta. Desarrollar las capacidades y habilidades personales que poseemos como personas neurodivergentes nos puede cambiar la vida radicalmente. Enfócate en tus temas de interés: Si te fascinan las hormigas, las has estudiado y eres experta en eso, aunque para los demás parezca poco importante, raro o aburrido, si te apasiona y te hace feliz, ¡insiste! Sin darle importancia a lo que creas que piensen los demás.
(3) Respeta tus necesidades. ¡No te sobreexijas! Pretender ser alguien “normal” no es viable, porque ¡no lo eres! Debes saber que no es necesario mimetizarte con el grupo, pero sí es necesario ser tú mism@; aunque no calces con lo que se “espera” de alguien de tu edad, género o rol social. La mejor compañía que podemos tener la encontramos en soledad: nosotr@s mism@s. Si necesito descanso, permitirme descansar; si necesito gritar, llorar, cantar, hacerlo. La única forma de lograr una vida satisfactoria es siendo tú mism@.
(4) Aprende las reglas del juego, para aplicarlas en libertad. Es importante que conozcas las normas sociales de los espacios en los que te desenvuelves. Personalmente, me habría gustado que me expliquen eso que la mayoría parece entender de nacimiento. Pero me habría encantado saber que NO ESTÁS OBLIGAD@ a hacer lo que “tod@s” hacen. Si no quiero mirar a los ojos, porque me incomoda, no estoy obligada a hacerlo. Si no me siento en condiciones de despedirme de tod@s al irme de un espacio social, ¡no hay problema! Mi bienestar es lo más importante y soy la primera persona que debe hacerse cargo de éste.
(5) No estamos sol@s, solo estamos dispers@s. ¡Existe una comunidad neurodiversa! Por todo el planeta hay otras criaturas como tú, cada un@ aportando al mundo desde su particularidad. Somos geniales y nuestra diferencia es un valor para la comunidad. Es maravilloso conectarnos, conocernos, compartir, para construir juntos un mundo más diverso.
Los 5 ámbitos anteriores se pueden resumir en que somos valios@s, y no necesitamos encajar para ser aceptad@s. Ya sea, seamos niños, niñas o no binaries; la preadolescencia autista no es fácil, pero con el apoyo suficiente ¡se nos puede alivianar un poco la carga!
¿Y a ti, qué te habría gustado que te dijeran en tu preadolescencia?
Comenta más abajo 🙂
Todos los artículos:
- Soy autista
- ¿Qué es la neurodiversidad? – Movimiento Social
- 5 frases que tod@ niñ@ autista necesita escuchar a los 12 años
- Sobre Algoritmos de Google y Pensamiento Autista
- Quiero hablar de depresión
- La depresión y yo – Sanando las heridas del alma
- 7 pasos para enfrentar la depresión – Guía de autocuidado
- Paradigmas, símbolos y criterios diagnósticos: Un vistazo a la historia de la comunidad autista
- Mi experiencia con el Registro Nacional de Discapacidad y la famosa Credencial de Discapacidad
- Ajustes razonables, salud y derechos: haciendo uso de la Ley de autismo
Me encanto!!!! Felicitaciones por tu blog.
Es de una estupenda ayuda a nosotros como padres como también para educar a la sociedad neurotipica.
Me alegro mucho Maricel!
Muchas gracias por tu comentario 🤗💕
Gracias, gracias, gracias!!…abrazo infinito
<3 Me alegro de que valores este espacio, Katherine.
Te invito a suscribirte al boletín de mi blog ;)
Me gustó mucho, leí las preguntas y respuestas, les daré una vuelta para ver qué me hubiera gustado que me dijeran. Gracias
Gracias Amiel 😌💕
Soy mamá de una adolescente TEA y TAB de 13 años…y me guía cada palabra que leo de mujeres aspie como tú! No existe nada igual..y las redes sociales y vivencias de otras..son lo único que tenemos como padres! Un abrazo y gracias
Ayyy qué lindo… 😌
Me alegro muchísimo de que mi experiencia ayude en algo.
No fue para nada fácil ser niña, y entregar con amor mis aprendizajes me ayuda a sanar esas heridas ❤️
La parte número 4 es la que más me hubiera gustado que me dijeran también, es muy frustrante equivocarse en algo tan importante como las interacciones sociales.
Lo otro que me hubiera gustado es que en la infancia no hubieran alimentado tanto mi arrogancia con comentarios del tipo “Oooh, aprendió a leer muy temprano! Qué seca!”, sino que me hubieran felicitado por mi trabajo duro. Eso va muy de la mano con la autoestima, saber que si algo te cuesta no te vas a rendir fácilmente y no echarle la culpa a las circunstancias (sobre todo si para nosotr*s estas suelen ir más en contra que a favor).
Muchas gracias por compartir este artículo! La preadolescencia es bastante difícil.
Gracias María José por tu comentario…
Es cierto que respecto a la tolerancia a la frustración se podría trabajar desde temprano, para tener mas herramientas a la hora de enfrentar las circunstancias.
Un abrazo!
Gracias, gracias.Tenemos mucho que aprender y este blog es un espacio dulce y acogedor para hacerlo , sin temor y con sonrisas. Estoy tan feliz por lo que estás haciendo ,mucho. Mi alma te abraza y agradece <3
Recibo tus palabras con agradecimiento y Amor, Ale.
Gracias por tu apoyo siempre!!! <3
Abrazo enorme n.n
Me hubiese gustado que me digan: ” si eso te hace feliz ten por seguro que te apoyaremos y contarás con nosotros siempre”
magda, soy nueva aquí y een el autismo soy madre de una pequeña (3) y quiero aprender mas para ella, quiero que sea feliz!! me impresiona mucho como algunas cosas que parecen supuestamente ser de personas tea también me pasaban a mi, me costaba encajar y no por falta de personalidad, me costaba despedirme de todos, y pense que eso seria asi por siempre! quizas no soy tea pero si me queda claro que todos somos distintos, y eso nos hace únicos! gracias por estos espacios y ayudarnos a entender. quiero entender a mi hija y ser un apoyo para ella y no un impedimento <3
Un gusto conocerte!! soy madre de un niño bello autista no hablante… tengo mucho que aprender!!!
Hola Magda:
Quería agradecer tu blog, ya que tengo una hija de 10 años autista que está buscando su identidad y tengo mucho miedo de lo que le tocará enfrentar. Tu blog nos ayuda y nos enseña a ser mejores padres/guías para ella y te lo agradezco mucho.
Te envío un abrazo (espero se abra pronto la tienda!)
Saludos