No soy profesional de la salud, pero sí he vivido esta enfermedad, y he podido comprenderla desde mi experiencia. Luego de los posts anteriores Quiero hablar de depresión, y La depresión y yo te traigo las estrategias que he aplicado en los últimos dos años.

Sinteticé en 7 pasos las medidas concretas que siento primordiales para prevenir la depresión, enfrentarla y disminuir recaídas en el período post episodio depresivo.

En realidad, estos son pasos básicos para el autocuidado de cualquier persona, pero, aunque parezcan obvios es necesario profundizar, y no podemos desatenderlos si es que somos neurodivergentes, ya que, debido a nuestras particularidades, en el mundo en que vivimos somos especialmente vulnerables.

Vamos a ellos!

1 – ASUME LA DEPRESIÓN

Sí, siempre se dice que el primer paso para enfrentar un proceso de sanación es aceptar que uno no está bien. Y muchas veces es la parte más difícil, ya que implica “agachar el moño”, ser humildes y permitirnos ver la realidad cuando ésta es dura.

Puede ser que nosotr@s mism@s nos demos cuenta de que estamos deprimidos, pero lo más probable es que recibamos ese diagnóstico desde fuera, en la búsqueda de respuestas a nuestros malestares, ya sea por parte nuestra o muchas veces de nuestros cercanos. En ambos casos este proceso es dinámico, ya que, aunque un médico nos diagnostique puede ser que pasemos por etapas de negación, o de desestimar el problema.

Asumir que estaba deprimida no fue nada fácil, pero fue la puerta que me permitió recibir ayuda terapéutica y luego de bastante trabajo interior y tiempo poder volver a sentirme viva.

Muchas veces, por ser una enfermedad de “salud mental” dilatamos la búsqueda de ayuda y tratamiento, considerando poco urgente nuestra situación. Pero, como he insistido bastante en los posts anteriores, la depresión es una enfermedad biológica, que afecta todos los ámbitos de nuestra vida, y que, de hecho, si no se trata puede ser mortal.

En este punto quiero enfatizar en lo importante que es que pidas ayuda AHORA, no esperes, no dilates. Busca ayuda médica. Si es el caso recibe tu diagnóstico y disponte a tratar tu situación.

Si estás muy mal pide ayuda a tus cercanos, para que ellos te apoyen en la búsqueda de atención médica.

La falta de recursos económicos es un obstáculo real, pero hay formas de superarlo; no dejes que se transforme en un pretexto más para postergar tu bienestar. Consulta en los servicios de salud pública, pide hora con médico general en el consultorio que te corresponda, y exprésale lo que te hace pensar que estás deprimido ―si es necesario, exagera―. En Chile la pesquisa y el tratamiento de la depresión está dentro de las prioridades de salud pública, ya que gran parte de las licencias médicas se deben a esta enfermedad.

También las facultades de psicología de algunas universidades ofrecen servicios de atención gratuitos, en los cuales participan estudiantes en práctica, por ejemplo. Hacer nada no te hará mejorar.

2 – DESCANSA

¿Te suena raro? Muchas veces escuchamos comentarios del tipo “arriba el ánimo”, “no te aísles en tu casa” o “has cosas entretenidas”, y lamentablemente cuando estamos mal esos consejos no sirven, sino que empeoran la situación, ya que nos podemos sentir presionad@s y frustrarnos más aún.

Cuando estamos deprimidos tenemos muy poca energía para realizar las actividades de la vida cotidiana. Hacer nuestra cama, vestirnos o alimentarnos pueden ser tareas agotadoras; imagínate que además venga alguien y nos exija “hacer vida social”.

No tiene mucho sentido, cierto?

En personas autistas el gasto energético es mayor en todo lo que involucra las relaciones interpersonales, por lo que minimizar lo más posible las exigencias sociales es necesario en momentos de crisis.

Si consideramos que la depresión consiste en la escasez de neurotransmisores, y que eso se debe a un agotamiento generalizado ―entre otros factores―, también entendemos que el reposo es fundamental, ya que nuestro organismo necesita reponerse.

Démonos permiso para descansar. Permitámonos hacer nada cada vez que podamos. Es justo y muy necesario!

Para eso es requisito haber pasado por el paso 1: “sí, tengo depresión, estoy enferm@, tengo que cuidarme”, y que nuestros seres queridos también se hayan involucrado en ese proceso de aceptación informándose sobre esta enfermedad, para que sean un apoyo y no otra fuente de carga para la persona deprimida.

Puede ser difícil asumir que debemos tomarnos un tiempo para nuestro autocuidado, pero por otro lado… nadie se lo cuestionaría si estuviéramos hablando de enfermedades evidentemente orgánicas!

Muchas veces es necesaria la licencia médica, o suspender los estudios, sobre todo cuando se trata de depresión severa, que realmente nos imposibilita llevar una vida funcional, y en algunos casos de depresión moderada. También, cuando se inician tratamientos farmacológicos es necesario considerar un tiempo de adaptación a las sustancias nuevas para que nuestro sistema nervioso se acomode, eso puede durar un par de semanas o más según el caso.

Insisto: descansa lo más que puedas.

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